Hola
El tiempo es el recurso más valioso que tenemos los seres humanos. Todos recibimos una cantidad limitada, que
empezamos a consumir desde nuestra concepción.
Ahora mismo sabes cuánto has usado, pero no tienes idea de cuánto te queda por gastar. Puede que tengas una reserva de varios años, pero también podría ser que estés a punto de partir.
Sea el caso que sea, en el tiempo que te resta sólo puedes hacer dos cosas: aprovecharlo o
perderlo.
Lo aprovechas cuándo lo inviertes en cualquier cosa que sea de valor para ti.
El tiempo que dedicas a tu mente, disfrutando de las ciencias, el arte, la cultura y la historia; así como
aprendiendo, enseñando o creando nuevo conocimiento, mejora tus capacidades personales y te encamina por el sendero de la sabiduría.
El que inviertes en tu cuerpo físico a través del ejercicio, la
alimentación, el descanso y el contacto con la naturaleza; mejora y fortalece tu salud; potencia tu calidad de vida y tu capacidad para aprovechar el tiempo que aún tienes a favor.
El que compartes con otras
personas te permite crecer desde las emociones. El amor en todas sus formas; la alegría, la tristeza y el servicio a los demás, te permiten sentir el mundo desde la realidad de otro ser
humano.
El
que aprovechas para reflexionar acerca de lo que has hecho, lo que te gusta y lo que quieres cambiar. Es el que dedicas a imaginar tus sueños; a proyectar tus metas; a revisar lo que has aprendido y lo que aún te falta por aprender.
Finalmente está el tiempo que dedicas en aquietar tu mente y conectar con Dios a través de la oración o la meditación.
El resto del tiempo que no estás invirtiendo en algo de valor, es evidente que lo estás perdiendo.
Lo pierdes en el celular mirando publicaciones y videos sin sentido; frente al televisor en maratones de programas absurdos o que promueven valores negativos; en horas de videojuegos que dejaron de ser diversión para convertirse en obsesión.
Otras veces lo pierdes especulando y criticando lo que hacen o dejan de hacer los demás o compartiendo con personas que impiden tu crecimiento y que no te agregan valor.
También lo pierdes cuando te estancas en el pasado; rumiando
resentimientos hacia personas a las que no les importas o quejándote de tus problemas en lugar de tomar acción.
Ya no puedes recuperar el tiempo que has perdido, pero aún puedes aprovechar el que tienes por gastar.
Te invito a enfocar tu atención en lo que estás viviendo hoy y a decidirte, de manera consciente, a invertir todo el tiempo
que puedas en aquello que te da valor.
Te deseo una maravillosa semana,
Coach Frank