Hola
Nada es permanente; ninguna realidad es definitiva; todo cambia constantemente.
Nada de lo que eres hoy, es igual que ayer; ni en tu mente, ni en tu corazón, ni en tu cuerpo.
Cada aspecto de tu vida está sujeto a esta condición, aún
cuando te engañes con la ilusión de la estabilidad.
Para algunos, la idea de enfrentar un cambio se manifiesta como un temor a perder el control; entonces lucha, se molesta, exige y manipula con tal de que todo se mantenga igual.
Para otros, cambiar es consumirse en la nostalgia. Todo lo comparan con un tiempo que sólo existe en su imaginación y aferrados al pasado, se cierran a
la oportunidad de volver a sentir.
Luego están los dóciles, éstos se dejan llevar por el río de la vida y les da igual que les arroje sin control por una cascada, les lleve por aguas tranquilas, o les deje estancados en un pantano.
Finalmente están los intrépidos; estos miran todo como una oportunidad. Les emocionan las posibilidades, son optimistas y se enfrentan sin temor a
lo que pueda venir.
Más allá de nuestra manera de enfrentarlo, debemos recordar que el cambio es una constante inevitable, que no sólo debemos recibir, sino que también debemos provocar.
Una parte importante de nuestro crecimiento, depende de que seamos capaces de exponernos a situaciones inesperadas, que nos entreguen nuevos y
valiosos aprendizajes.
Haz una pausa y revisa tu entorno; analiza lo que haces, lo que sientes y lo que piensas.
Date el permiso de cuestionar todo; separa lo que no te gusta, lo que te tiene cansad@, lo que te hace sentir atascad@ u obsolet@ y piensa de qué manera puede ser mejor.
Confronta la ansiedad, la expectativa y el temor y
luego pon toda tu energía para avanzar en esa nueva dirección.
La evolución es un principio universal, que ofrece una cantidad infinita de posibilidades; está en ti aprovechar el momento para participar en la creación de tu nueva realidad.
Te deseo una gran semana,
Coach Frank