El miedo a fallar es la preocupación que viene del riesgo de no poder cumplir con el 100% de los requisitos formalmente establecidos en cualquier compromiso
personal, laboral o social.
Esto incluye faltar a los términos acordados en proyectos, trabajos o reportes; el incumplimiento de leyes y reglamentos; así como fallar en la estricta
aplicación de valores, principios morales y costumbres sociales, entre otros.
“Las reglas están para cumplirlas“
En su lado positivo este miedo les impulsa hacia el orden, la disciplina, la honestidad y la transparencia; lo que permite ser especialmente exitosos en cualquier actividad que tenga por objetivo el cumplimiento, estricto y rutinario, de normas.
“No es mi culpa, yo no hice las reglas.“
Desde el lado negativo, su obsesión por hacer lo que consideran correcto, les puede llevar a ser controladores, fríos, directos y testarudos; lo que muchas veces se traduce en dificultad para trabajar en equipo,
aislamiento, frustración, enojo y desgaste, en especial cuando deben coordinar con personas que gustan de improvisar, brincarse las reglas o incumplir acuerdos.
Un temor no se domina por decreto.
Los principios que sigue este mecanismo de supervivencia, han sido construidos a partir de los éxitos obtenidos en nuestra experiencia
personal.
Para lograr su balance primero tendrás que demostrarte, a ti mismo,
que es posible dejar a un lado la estructura y la rutina; que puedes bajar tu nivel de autoexigencia; que existen otras opciones y que, pese a los cambios, todo
sigue estando bien.
El ejercicio es simple, a partir de hoy, en todas las situaciones que debas enfrentar (en serio
en todas), hasta las más irrelevantes, debes hacerte la pregunta: ¿Será que existe otra manera de hacer esto?
Cambia la ruta que sigues al trabajo; prueba a dormir del otro lado de la cama; experimenta a comer en un lugar diferente; vete de paseo sin hacer un plan,
mejor aún si no sabes para dónde vas.
Cada vez que resuelves un mismo problema con una alternativa diferente, le enseñas a tu cerebro que no hay peligro en el cambio, en ser flexible, en experimentar
y de esta manera, casi sin darte cuenta, el miedo pierde todo su poder.
Por favor, escríbeme y me cuentas si este es tu temor y que opinas de aplicar el antídoto.
Un abrazo,
Coach Frank