Las últimas 9 semanas hemos conversado de las 9 formas en que se pueden manifestar nuestras preocupaciones. (Click para ir a la biblioteca de artículos.)
Todos somos susceptibles de sufrir algún temor, pero lo cierto es que el miedo en sí mismo, no
existe.
Lo que sentimos o imaginamos es un mecanismo de defensa, que tiene por objetivo alejarnos de aquello que creemos que es malo para
nosotros.
Para cada miedo existe al menos una “creencia limitante“.
Las creencias son enunciados que consideramos reales y definen nuestra interpretación del mundo.
Si bien las necesitamos para transitar por la vida, en ocasiones se pueden convertir en barreras que limitan nuestro
avance.
Te quiero compartir algunas de las principales creencias que acompañan a cada uno de los miedos que estudiamos.
- Miedo a fallar. Creo que todo lo
debo hacer perfecto. No me puedo permitir ningún error.
- Miedo al rechazo. Creo que tengo que hacer cosas por los demás, para que así me quieran y me hagan parte de sus vidas.
- Miedo al fracaso. Creo que sólo
ganando y siendo el mejor me sentiré bien y tendré el reconocimiento de los demás.
- Miedo a la indiferencia. Creo que
tengo una sensibilidad única que nadie entiende y por eso debo hacer y actuar de manera distinta al resto.
- Miedo a equivocarse y parecer ignorante. Creo que debo tener la respuesta lógica, racional y fundamentada para todo lo que pasa en mi vida.
- Miedo a lo inesperado. Creo que debo
estar un paso adelante de todo lo que puede pasar.
- Miedo a la soledad y el dolor. Creo
que siempre debo estar feliz y hacer lo posible para que los demás también la pasen bien.
- Miedo a perder el poder. Creo que la
gente necesita ser dirigida y sólo yo lo puedo hacer.
- Miedo a la confrontación. Creo que discutir es un acto que me rebaja como ser
humano.
Todas las creencias se pueden cambiar.
Tus creencias son sólo tuyas; tu les diste el poder para guiar tu vida y por eso mismo tu las puedes cuestionar, replantear o inclusive
eliminar.
Recuerda que cuando cambias la creencia, el temor desaparece.
Te deseo una feliz semana,
Coach Frank