Quienes tienen este temor son capaces de visualizar, para cada situación de su vida, todos los posibles escenarios en los que los planes pueden salir
mal.
Su mente tiene la capacidad de imaginar todo tipo de situaciones que, de hacerse realidad, pueden impactar negativamente el resultado
final.
El plan perfecto
Desde un punto de vista positivo, su tremenda capacidad de proyección les
permite crear planes, que al tener en cuenta todas las variables, facilitan una ejecución e implementación segura y
exitosa.
De igual manera, su motivación por asegurar que todo salga bien, les lleva a desarrollar un altísimo nivel de compromiso con los procedimientos, los métodos, las rutinas y las reglas; así como a mostrar una lealtad absoluta hacia las personas que consideran importantes en su vida.
Parálisis
En su faceta negativa, la facilidad con que pueden imaginar escenarios en los que todo termina mal, les puede
poner en un estado de inacción, en el que prefieren no hacer nada, antes que arriesgarse a enfrentar las situaciones que visualizan.
En estos casos, es usual que lleguen a imaginar un desenlace con consecuencias directas para sí mismos, como la
pérdida del trabajo, de la pareja, de la familia y hasta de su propia vida.
Lo primero es mantener la calma
Evita saltar de manera imprudente a resolver una situación, pero que esto no signifique que dejes de hacer cosas importantes, por razones que sólo existen en tu
imaginación.
Recuerda que con frecuencia creamos cuentos, que luego creemos que son la realidad.
Haz este ejercicio:
- Prepara una lista de aquello que sabes que estás evitando o postergando, porque te preocupan las consecuencias.
- Toma el primero de la lista y escribe los peligros que visualizas para esa situación.
- Separa los que son 100% reales, de los que sólo son probables.
Respira profundamente, ten calma y analiza, objetivamente, cada uno de los que llamaste
“probables'' y pregúntate hasta qué punto podrían ser espejismos que estén limitando tu voluntad de actuar.
Te deseo una feliz semana,
Coach Frank