Nuestra capacidad para crear cosas que antes no existían es lo que llamamos creatividad. Esta cualidad es parte del equipamiento original de un ser humano y me atrevería a afirmar, que dependemos de ella para interactuar, adecuadamente, en los distintos contextos de nuestra vida.
Nada más piensa en todas las cosas que imaginaste hacer y luego hiciste realidad desde el momento en que te despertaste. O recuerda las veces en que una “sequía de ideas“ te hizo sentir con los pies en el pantano.
Evita asociar la palabra creatividad, exclusivamente, con el campo de la expresión artística, pues en realidad somos creativos en nuestras conversaciones, en la construcción de nuestros proyectos, en la búsqueda de soluciones y
especialmente en la creación de nuestras creencias.
Toda creación empieza su camino como una chispa proveniente de la nada. Muchas se extinguen apagadas por nuestras creencias limitantes, pero otras, crecen y se fortalecen con el apoyo de nuestras competencias de flexibilidad y empatía.
Es fácil
comprender cómo la flexibilidad contribuye con la creatividad, pues una mente flexible está siempre dispuesta a cuestionar su entorno. Mientras que la empatía, por su parte, te permite conectar con todos y
con todo, es, en cierta forma, atrevernos a entender la realidad desde un lugar diferente al nuestro.
De esta manera, el resultado de mezclar la flexibilidad y la empatía es la creación de un campo fértil para cultivar el ingenio y permitir que broten las ideas más revolucionarias. Libre de los límites de las creencias, la mente se permite vagar por todos los rincones, para encontrar las oportunidades más
disruptivas destinadas a cambiar la realidad.
Tienes el poder de crear, úsalo para construir la vida que deseas.
Un abrazo,
Coach Frank