Siempre he pensado que las personas no tienen defectos, porque Dios no hace Seres defectuosos.
Dios sólo crea Seres Virtuosos.
Puede que a mi no me gusten algunas de tus virtudes o que a ti no te gusten las mías, pero eso no
las convierte en defectos, tan sólo son las cualidades que nos diferencian.
También es posible que mis mejores virtudes sean tremendamente valoradas en una situación, pero absolutamente rechazadas en otra.
Un estilo de liderazgo autoritario suele ser criticado en la mayoría de las organizaciones, pero tremendamente valorado en el ejército.
Señalamos los defectos (o las virtudes) de la gente, en función de cuánto afectan nuestra realidad.
Las cualidades de un líder le pueden transformar, muy rápidamente, de ser un héroe a un villano, dependiendo de cuánto impacten mi situación personal.
Cada uno de nosotros posee virtudes particulares que son especialmente útiles para resolver situaciones específicas.
Puedes reconocer las tuyas, ya sea porque te las han alabado o porque te las han criticado.
El día que logramos alinear nuestras virtudes con nuestras actividades cotidianas, no hay quién nos detenga, ni quién nos supere.
Tus habilidades naturales; son los “superpoderes“ con que cuentas para enfrentar con éxito los retos de la vida y debieran ser el punto de partida de tu desarrollo
personal.
Un abrazo,
Coach Frank