Nada más ausente que tu propia presencia.
Antes de ofenderte piensa en qué lugar está tu mente en este instante. Estás conmigo leyendo estas palabras o te fuiste a dar una vuelta por el pasado, el futuro o alguna irrealidad
paralela.
Nuestros pensamientos funcionan en secuencia, uno después del otro. No hay manera de que puedas leer (y entender) este correo, al mismo tiempo que revisas tu Whatsapp.
Te has puesto a pensar en la cantidad de tiempo que pierdes pensando en cosas que ya ocurrieron y que por lo tanto ya no existen; o en las cosas que debes hacer después, que
todavía no existen y por eso te pierdes de vivir lo único verdaderamente real que es tu presente.
Dura tan poco que si pierdes tu atención se te escapa para siempre.
El tiempo es un recurso limitado y finito. Lo empezamos a gastar en el momento que nacemos. Sabemos cuánto hemos gastado, pero no sabemos cuánto nos queda para
usar.
Aprovéchalo pensando en cosas de valor.
Cambia tu ausencia por presencia. Acaba con el desperdicio de vida y concentra tu atención en el ahora; que la vida es un vestido que te toca usar aunque no quieras y que sólo puedes cambiar, cuando
enfocas tu energía en el presente.
Un abrazo,
Coach Frank