El único punto de vista que tenemos para interpretar el mundo es el personal. Esto significa que sólo puedo ver el mundo desde mis ojos, mis pensamientos, mis creencias, mis costumbres, mis aprendizajes y todos los “mis“ que puedas imaginar.
Es parecido a mirar por una ventana con las cortinas cerradas. Cuanto más gruesas sean las cortinas es decir, cuanto más fuertes sean nuestras creencias, tanto más difícil será ver la realidad.
Esto nos lleva a dos conclusiones: la primera es que siempre tenemos la razón, pues todas nuestras opiniones
parten de nuestras experiencias y conocimiento y por lo tanto son correctas para nosotros.
La segunda es que siempre estamos equivocados, pues en todo momento estamos interpretando el mundo desde atrás de las cortinas y por lo tanto somos incapaces de percibir la realidad objetiva.
Si te das cuenta, cualquier discusión entre dos personas no es otra cosa que la lucha por convencer al otro, de que la versión correcta del mundo es la que se ve desde su ventana.
En realidad, cada uno tiene un ángulo distinto de la misma situación y por lo tanto, la opción inteligente es unir las visiones individuales para crear una tercera más
ajustada con la realidad.
La esencia del trabajo en equipo está en reconocer con humildad que todos tenemos una visión diferente de la misma situación, que ninguna es mejor que las otras y que el éxito estará en encontrar la manera de unirlas para crear una nueva
realidad.
Un abrazo,
Coach Frank