Hola
Creo que todos tenemos algún deseo oculto aún sin completar. Un pendiente del pasado, una ilusión del futuro o inclusive una acción postergada en el presente. Temas que se quedan rondando en nuestra mente y que preferimos esconder, discretamente, debajo de la montaña de obligaciones cotidianas, para evitar, de esta manera, confrontarnos con el riesgo que significa ponernos en
acción.
El miedo no siempre es un buen consejero. Ante los peligros reales funciona de manera excelente; sin embargo, ante los imaginarios, se convierte en el ancla que detiene tu movimiento y que busca convencerte,
apoyado en justificaciones lógicas y razonables, que lo mejor es dejar todo como está.
Pero el tiempo no se detiene. La vida es una cuenta regresiva que avanza sin descanso hasta el momento de tu muerte. Lo que
dejas de hacer hoy, no lo vas a hacer mañana, pues el tiempo que no aprovechas, simplemente se va.
Y sin embargo te empeñas en postergar los deseos, amparado a un espejismo que proyecta un futuro inexistente,
en el que imaginas que finalmente todo será propicio para darte la oportunidad de vivir y aunque, al mismo tiempo, eres consciente de que ese momento podría no llegar, no te atreves a dar el paso inicial.
Tus sueños viven
al otro lado del miedo y el camino para atravesarlo empieza con un primer acto de tu voluntad; uno que te permita descubrir si tienes el compromiso necesario para convertir aquello en una misión personal o si de pronto, tu deseo, no pase de ser un capricho que, con el tiempo, se desvanecerá.
Te invito a tomar este momento como el punto en el que vas a poner tu mente en la ruta de tus deseos. Quisiera que tu ilusión se transforme en el lápiz con el que vas a dibujar el mapa de tus sueños y la fuente inicial que hará brotar la energía que necesitas para empezar a caminar.
No esperes a que tu tiempo se acabe para consumirte en el arrepentimiento de no haber tomado una decisión; pues sin importar el resultado, siempre será mejor recordar las anécdotas de todos tus intentos, que el vacío de no haberlo intentado jamás.
Te envío un fuerte abrazo,
Coach
Frank