Hola
Nuestro plano de existencia está definido por valores que se manifiestan en grados a lo largo de una recta cuyos extremos tienden hacia el infinito. Todas nuestras percepciones son juzgadas en función de un punto subjetivo de la recta, dando como resultado que, por ejemplo, aquello que consideramos bueno, lo sea porque nos parece menos malo y aquello que es malo, sea porque nos resulte menos bueno.
Es así, que podemos afirmar, que toda interpretación de la realidad siempre será correcta desde el punto de vista del observador y que por ello, resulte absurdo defender nuestra opinión como si se tratara de la única posible, pues aún nosotros, en un momento posterior,
podríamos cambiar por completo de opinión.
Nada se mantiene estático en un único punto de la recta, sino que, por el contrario, se balancea de un extremo a otro de la línea, a un ritmo que no es ni constante ni predecible, pues
es provocado por el impulso o el freno de las situaciones con las que tiene interacción.
Así también nosotros, que somos el resultado de una cantidad infinita de variables, nos dejamos llevar por el ritmo acompasado de ese
movimiento y al hacerlo, vamos variando los distintos aspectos de nuestra personalidad. Pues somos, en realidad, seres dinámicos capaces de modificar nuestras cualidades, ya sea por los estímulos de nuestros pensamientos o como consecuencia de lo que recibimos del entorno.
Aquellos que están dormidos se dejan llevar por el ritmo de las corrientes, que lo mismo los sumergen en espacios de calma, que los vuelven groseros e irascibles. Peor aún, víctimas de su propia inconsciencia, se rehúsan a asumir la responsabilidad que les corresponde y terminan atrapados en una vida de queja e insatisfacción; moviéndose como un péndulo entre la luz y la sombra.
De ahí, que nuestro verdadero trabajo deba ser el de tomar conciencia de la dirección de la corriente, para así ser capaces de liberarnos de la inercia del movimiento y abrirnos a la posibilidad de elegir, con nuestra voluntad, el camino que queremos seguir. Esto
es, en otras palabras, hacernos con la responsabilidad de nuestras acciones, pensamientos y emociones, de manera que dejemos de ser espectadores sobrevivientes de la vida y nos transformemos, realmente, en los forjadores de nuestra propia realidad.
Te deseo una poderosa semana.
Coach Frank
P.D. Aprovecho el cierre de este artículo para agradecer a todos los que nos acompañaron en la Master Class de la semana pasada, con un reconocimiento especial a los que aprovecharon la oportunidad para aplicar el test del eneagrama y descubrir la dinámica de su personalidad.
Pronto les estaré avisando de una nueva actividad para compartir con ustedes desde la virtualidad.
Muchas gracias,
Frank