Ley de la Diferenciación: Todo líder debe promover la creación de acciones únicas que conduzcan a una total diferenciación del entorno.
Hola
Carmen siempre se había sentido incomprendida. Una persona dentro de otra persona, una actriz obligada a representar un papel que en nada se ajusta con su personalidad. De niña había querido ser escritora, entonces se imaginaba a sí misma declamando sus poemas frente a una audiencia emocionada por la profundidad de sus palabras. Sin embargo, la realidad le había golpeado en la cara y hoy se veía
obligada a invertir sus habilidades en la redacción de fríos reportes corporativos.
Con frecuencia se sentía desolada, le parecía que las migrañas habían aumentado después de su divorcio y estaba
segura que tenían relación con ese dolor en el pecho que los doctores insistían que no tenía que ver con el corazón, pero que ella estaba segura que sí; o esa insoportable asma crónica que le provocaba la recirculación de los aires acondicionados de la oficina, que a nadie parecía importarle, pero que a ella la había obligado a incapacitarse varias veces.
Estaba segura que su jefe no la quería, pues mientras que a sus compañeros les ofrecían oportunidades de crecimiento, a ella la dejaban relegada en la misma posición. Sentía que era injusto que su creatividad fuera rechazada por ser demasiado creativa; que sus propuestas no fueran aprobadas por ser demasiado disruptivas, o que
su deseo de romper con lo tradicional fuera considerado ofensivo. Creía que la vida era injusta con ella y no podía evitar sentir envidia de lo que tenían los demás.
En nuestra primera conversación,
empezó diciéndome que ya sabía por qué estaba ahí; que de seguro me habían mandado los de recursos humanos que la odiaban por criticar las injusticias que pasaban en la empresa, junto con su jefe que sólo estaba buscando una excusa para despedirla. Que para todos era muy fácil hablar mal de ella, porque ninguno podía entender lo difícil que era su vida y que ni se me ocurriera venirle con esa estupidez del vaso medio lleno, pues de nada sirve esa analogía, cuando el vaso lo que tiene
adentro es mierda.
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Las personas con un fuerte eneatipo 4, viven su vida de acuerdo con la ley de la diferenciación. Su
mundo es único y diferente, lleno de sensibilidad, ideas alternativas y creatividad. En el lugar correcto, logran desarrollar su inspiración, dar rienda suelta a su imaginación y ser gestores de cambios radicales e innovadores. Mientras que los ambientes estructurados y altamente regulados, suelen convertirse en una fuente de frustración.
Necesitan sentir la libertad de manifestarse desde su diferencia y que todas las acciones en su vida tengan sentido y contribuyan con algún propósito mayor. Puede ser que lo logren usando el arte como un medio de expresión de su sensibilidad o bien sumándose, muy activamente, con alguna causa política, social o
ambiental.
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Carmen necesitaba conectar con su esencia, así que empezó a escribir. Cada uno de sus poemas era capaz de
evocar la profunda sensibilidad que recorría su cuerpo, su corazón y su mente. Reconectar con su sueño fue como descubrir su propósito. Bajó su nivel de estrés dentro de la empresa, las relaciones con su jefe y el ambiente de trabajo empezaron a mejorar; sin embargo, renunció. Decidió que la vida no se podía tratar de escribir reportes para el corporativo y estaba segura que habían cosas más valiosas e importantes en las cuales invertir su tiempo. No la he vuelto a
ver.
Feliz semana,
Coach Frank