Juan Carlos entró en la sala y dejó caer sobre la mesa,"sin querer", un llavero metálico con el emblema de la BMW; se disculpó con una sonrisa blanca y perfecta, mientras se quitaba un casco de motocicleta que en su costado también lucía el escudo redondo de la marca automotriz.  Luego, con cierta parsimonia, se quitó los guantes y se desabrochó su chaqueta, de la BMW por supuesto, dejando al descubierto una impoluta camisa blanca, que se ajustaba, perfectamente, a su trabajado torso de gimnasio.  Todo en él transmitía un aura de seguridad y éxito.

Llevaba muy bien la gerencia comercial de la empresa.  Su carácter altamente competitivo, junto con su natural don de gentes, le convertían en una persona persuasiva, persistente y con un fuerte enfoque a resultados. Era exigente con su equipo, no aceptaba un “no“ por respuesta y les recordaba, con frecuencia, que había que hacer lo que fuera necesario para llegar a la meta.  Todos reconocían que desde que se había incorporado al equipo, las ventas no habían parado de crecer.  Le gustaba ganar y disfrutaba, en silencio, que todos supieran que había sido gracias a él.

Juan Carlos no alardeaba de su éxito pero necesitaba que fuera visible, por eso, en cuanto le empezó a ir mejor, se atrevió a comprar una casa en un residencial de clase alta, matriculó a sus hijos en una costosa escuela, se hizo de un par de autos de lujo que hacían juego con su motocicleta; jugaba golf los sábados y almorzaba los domingos en el restaurante del club.

Cuando iniciamos el proceso de coaching, Juan Carlos tenía una cuenta imposible en su tarjeta de crédito, dos cuotas atrasadas del préstamo de la casa, una notificación de las mensualidades pendientes del club y un aviso de la escuela de sus hijos, que decía que después de vacaciones, por falta de pago, ya no los podrían recibir.

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Las personas que tienen un fuerte eneatipo 3, toman sus decisiones guiados por la ley del logro.  Poseen una naturaleza altamente competitiva, necesitan ganar y siempre quieren ser los mejores, característica que les permite ser exitosos en la mayoría de lo que se proponen. Suelen ser agradables, alegres, persuasivos, insistentes y recursivos; aunque bajo presión también pueden llegar a ser impulsivos, imprudentes y hasta manipuladores, en especial con las personas que identifican que les pueden ayudar a alcanzar sus objetivos personales o laborales.  

Necesitan que se les perciba como personas exitosas y por ello recurren, con frecuencia, a invertir en objetos materiales que simbolizan prestigio, aún cuando sus ingresos no sean suficientes para cubrir el estilo de vida que desean proyectar.

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El acompañamiento le sirvió a Juan Carlos para poner los pies sobre la tierra y encontrar la energía para andar el camino de regreso a su equilibrio financiero. Vendió uno de los autos y con eso pudo poner al día la escuela, los pagos de la casa y una parte de la deuda de la tarjeta de crédito. Cambiaron a los niños de escuela y se retiraron temporalmente del club.  Puede que la decisión más difícil haya sido la de vender su motocicleta; sin embargo, fiel a su natural optimismo, su mentalidad de logro y su deseo de ganar, colgó el llavero de BMW al lado de su escritorio, para recordarse cada día, que pronto la volvería a manejar.

Feliz semana,

Coach Frank