Hola
El poder del artista radica en su capacidad de crear emociones que permanecen más allá del tiempo y el espacio. Sensaciones que fueron reales y
profundas en su momento y que ahora hacemos propias a través de las letras, los colores, los sonidos y las formas.
Quienes poseen un fuerte componente del eneatipo 4 son personas profundamente sensibles, capaces de percibir la sutileza que reside en el corazón de las cosas. Un momento, un lugar, un objeto, un animal o un ser humano, existen en función de la emoción que les provoca.
Viven fuera de la caja, su mundo es distinto y por ello se resisten a existir de acuerdo con los patrones establecidos por las
mentes cuadradas y ordenadas. Ellos son la diferencia, lo que no es igual y por eso buscan constantemente la manera de distinguirse de la masa. Unas veces desde la manifestación física del cuerpo, otras desde la sutileza de la mente y casi siempre desde un refugio seguro excavado en la profundidad de sus emociones.
Cuando actúan iluminados por el poder de su esencia, recogen los retazos de tristeza, alegría, odio y amor que esconden en los cofres secretos de su alma y los hilan con
maestría para crear nuevas y hermosas realidades; que se transforman en canales que nos llevan a conectar con la profundidad del ser que somos; tan igual, tan distinto y tan humano.
Así nace el arte. El artista se aísla del mundo y crea para su propio y exclusivo placer. No le interesan las opiniones de los otros, pues todo lo ha creado para sí y lo único que comparte con ellos es el permiso de observar.
Sin embargo, hay momentos en que ya sea
por presión o por supervivencia, que se ven obligados a enfocar su energía en complacer; que no es otra cosa que vivir hacia afuera, debiendo exponer sus emociones al juicio, la aprobación y la crítica de los demás.
Ante la ausencia de un propósito que dé valor a su existencia, la frustración termina por apropiarse de la escena, tan solo para envolverlos en las garras de un oscuro remolino de emociones, que lo mismo les ahoga en una
profunda depresión, que los lleva a consumirse en las llamas de la ira.
La energía del artista es la clave para reconocer aquello que nos hace auténticos, únicos, diferentes, poderosos y dotados de una maravillosa y humana sensibilidad.
Te envío un fuerte abrazo,
Coach Frank