Hola
Cualquier momento es bueno para reinventarse, pero algo tiene el inicio de año que nos hace sentir más motivados.
Quizás el recibir y entregar tantos buenos
deseos cargados de optimismo, hacen de estos primeros días los mejores para ilusionarse.
Cada cosa que logramos en la vida nace del deseo de alcanzarlo; si le ponemos fecha de cumplimiento, lo transformamos en una meta; pero hasta que empezamos a trabajar en él, lo convertimos en objetivo.
¿Cuántos de tus deseos puedes convertir en metas y cuántos en objetivos?
Si no sueñas te estancas, pero si no despiertas, no avanzas. Recuerda que las ilusiones flotan, como mariposas, por el aire, pero
los objetivos se afianzan, cual raíces, en la tierra.
Aterrizar un sueño implica definir las acciones que necesitas para alcanzarlo, así como los indicadores que te dirán que tuviste éxito.
En lo personal me funciona hacer dos cosas:
La primera es proyectar el resultado esperado desde tres ángulos distintos:
- El físico, que indica el logro concreto y medible.
- El intelectual, que me explica la estrategia a seguir.
- El emocional, que
describe la sensación de logro que tendré al alcanzarlo.
De esta manera, la imagen del éxito se complementa con sonidos y emociones; la ruta para alcanzarlo se convierte en un plan y mi mente se convence de que aquello es posible.
Lo segundo es concentrar mi energía en unos pocos objetivos bien aterrizados, para evitar perderme en las nubes de mis sueños.
Sea cual fuere el camino que escojas, lo importante es que te des la oportunidad de ilusionarte
con todo lo que deseas para ti y que luego, con los pies sobre la tierra, te enfoques en construir tu nueva realidad.
Te deseo un maravilloso 2023 lleno de salud, amor y prosperidad.
Coach Frank